Ver la noticia

RIBAFORADA ACOGE, DESDE HACE UN AÑO, UN TALLER DE NUEVAS MASCULINIDADES AL QUE YA HAN ACUDIDO 25 HOMBRES EN UNA LOCALIDAD DE UNOS 3.700 HABITANTES

TUDELA – Aprender a desaprender lo que generaciones y generaciones de educación patriarcal nos han enseñado, incluso inconscientemente, y poner las primeras piedras, a nivel familiar y local, para cambiar la sociedad. De lo local a lo global. Ése es uno de los objetivos, sino el principal, de un taller de nuevas masculinidades que se está impartiendo en Ribaforada y que lleva por título Entendiéndonos, donde se articulan herramientas (formación, mediación, igualdad, etc.) para mejorar las relaciones .

La iniciativa procede de la concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Ribaforada, pero es Álvaro Embid quien se encarga de coordinar las reuniones de los nueve hombres que se han apuntado en esta segunda edición. En la primera, que comenzó en diciembre de 2019, acudieron 15 hombres, en un pueblo de 3.700 habitantes, pero se tuvo que detener por el confinamiento y ahora se realiza a través de pantalla. En total son 25 hombres que han decidido profundizar en la educación recibida durante generaciones para poder cambiar hábitos y comportamientos que perpetúan el desequilibrio entre hombres y mujeres y crean una sociedad desigual con diferente trato y oportunidades.

EL ORIGEN Como dice uno de los fijos a estas reuniones, Iñaki, “los hombres llevamos un lastre de toda una vida recibiendo un tipo de educación a nivel familiar y social y que está tan arraigada que se transmite sin querer y que todos colaboramos en perpetuar. Es mucho de desaprender hábitos, comportamientos, ideas previas de las que ni siquiera somos conscientes. Hay que reconocer ese desequilibrio y verlo en pequeñas cosas cotidianas. Yo me decidí cuando una amiga me dijo ‘me estás haciendo sentirme incómoda, ¿te has dado cuenta de tu comentario?'”.

Álvaro Embid llevaba 10 años en Madrid viviendo, donde comenzó a trabajar con grupos autogestionados sobre mediación, resolución de conflictos y comunicación no violenta. Más tarde, por propia iniciativa, comenzaron a abordar el tema de las nuevas masculinidades. La coordinadora de Igualdad de Ribaforada, Laura Lorente, se puso en contacto con él para crear un grupo en su localidad natal donde poder afrontar este tema. “En diciembre de 2019 tuvimos una primera reunión a la que vinieron 15 hombres muy predispuestos, abiertos y autocríticos. Llamamos a la convocatoria Inteligencia emocional y Comunicación no violenta para hombres, teníamos cierto temor de que si poníamos nuevas masculinidades no hubiera respuesta. Era un momento en que todo funcionaba normal, había bares, peñas, fútbol. ¡Y vinieron 15 hombres!”.

Una de las claves del curso es tratar de explicar cómo “el paraguas del patriarcado” llega a todos los extremos de la vida, “a cómo caminamos, cómo dejamos la chaqueta ocupando todo el espacio, cómo hablamos o ocupamos el espacio público”. Embid destaca cómo de pequeños aprendemos una serie de conductas “no porque nadie nos lo diga, sino porque lo hacemos por imitación, vemos a nuestros padres abuelos, amigos o incluso los grupos de música que escuchamos”. De esa forma, nos bañamos en roles y formas de funcionar con los que, sin darnos cuenta, convivimos día a día. “El hombre ha de ser trabajador, fuerte, sacar la violencia por lealtad, por amistad, por amor si hace falta y si un día hay que partirle la cara a alguien se le parte”. Dentro de ese mundo masculino en que la sociedad ha creado las antiguas masculinidades, se encuentran, de forma vertebral, las emociones. “Parece que en nosotros producen cierta alergia. El sobreentenderse es el lenguaje que hemos aprendido en casa. En mi caso, no recuerdo haber llorado nunca delante de mis amigos, en la adolescencia, al revés, ‘hay que echarle huevos’. Los hombres no cuentan cómo están y eso es durísimo, pero hay otra manera de vivir las emociones”.

Embid relata cómo habitualmente vemos actitudes machistas muy evidentes, pero también en comentarios sobre cuerpos de mujeres o cuando reaccionamos de cierta manera a la opinión de una compañera o una hermana. “Va de lo micro a lo macro. En los cursos de comunicación no violenta había aprendido inteligencia emocional pero faltaba esa mirada de privilegio social que tenemos los hombres, los blancos, los jóvenes, los de determinada clase social o quienes tienen un cuerpo sano. Vi que existía ese hueco en ese tipo de comunicación”.

TRES PASOS Para Álvaro Embid hay tres pasos fundamentales para ir cambiando las mentalidades. Estos tres pasos comenzarían por “Escuchar con hambre”. En ese sentido explica que “hay hombres que ya saben todo, a mí lo que me ha ayudado a avanzar es tener curiosidad y hambre de aprender”. El segundo paso iría encaminado hacia “escuchar a las compañeras feministas, que están constantemente escribiendo, haciendo revistas o manifestaciones. Hay que escucharlas porque podemos aprender mucho”. Por último un tercer paso importante sería darse cuenta de que “el feminismo no es donde tenemos que estar los hombres. Hay una parcela donde tenemos que trabajar y es con otros hombres. Mostrar a un tío que tiene actitudes machistas”.

Pese a ser en Ribaforada, el curso (ahora por pantalla) está abierto a otros pueblos y personas interesadas, basta con ponerse en contacto en la web www.entendiendonos.com

El objetivo principal del grupo es cuestionar nuestros privilegios como hombres y que como resultado de todo ello, el círculo de mujeres que tenemos cerca se vea beneficiado de esos cambios. Esto es lo que las feministas llevan años reclamando y lo que nos toca trabajar a los bombres.

¿Puedo ayudarte?